viernes, 31 de mayo de 2013

136. los últimos pastoreos por la campiña


Principios de agosto, campiña cordobesa, por debajo del Paralelo 38, 15:44 UTC, unos 50ºC al sol. Nada frena a los pastores en esa labor diaria y ancestral que siempre ha estado presente en los medios rurales de toda la geografía mundial. El uso de un potente teleobjetivo junto a un multiplicador de focal permite al fotógrafo trabajar a una gran distancia de la acción, lo cual tranquiliza a los sujetos fotografiados manteniendo así su espontaneidad a la vez que nos permite atravesar la vibrante atmósfera canicular que se deja caer a esta hora del día y comprimir la perspectiva de tal forma que nos hace posible ver ópticamente el intenso calor que cae del cielo y rebota en el suelo árido deformando las imágenes hasta un nivel que raya casi en la abstracción. Bajo el tórrido sol, con lluvia, con frío o durante un apacible día festivo de primavera mientras los demás están tomándose algo en un bar; da igual, todos los días del año veremos a nuestros pastores fundir la música de los cencerros con la melodía que sale de lo más profundo de la simbiosis que ese arte en peligro de extinción al que hemos venido en llamar ganadería tradicional ha sabido mantener intacta en el medio en el que desarrolla su atávica labor.

Aprovecho la ocasión para informaros de que he hecho algunos cambios en mi página web. Ahora tiene más fotos y más recientes, y voy a intentar actualizarla a menudo para tenerla siempre al día. Nada más abrir la página nueva se han originado algunos errores de funcionamiento en la misma a nivel interno, pero ya se está trabajando para solucionarlos y además esos fallos no afectan a la visualización de la página en sí. Faltan algunos enlaces, algunas entradas del blog y algunas cosas más, pero ya se pueden ver fotos, que es lo que más importa ahora mismo. Espero que os guste.

http://www.manuelcruz.es/

sábado, 25 de mayo de 2013

135. el último eslabón


A esta hora del día ya se han marchando casi todos los buitres de esta parte del Prepirineo catalán, no sin antes haber llenado el buche en una gran carroñada, justo cuando entra en escena uno de los animales más escasos y espectaculares que podemos observar en la Naturaleza europea. Con una elegancia suprema, y con la maestría que debe caracterizar al rey supremo de las cumbres ibéricas, un quebrantahuesos aterriza junto a los restos de huesos y los esqueletos roídos por los buitres que se acaban de dar el festín. Pero nuestro amigo no ha llegado tarde a la merienda en este particular cementerio. Más concretamente podríamos decir que ha llegado en el momento más adecuado para formar parte del último eslabón de la cadena trófica. Si los que creemos entender el lenguaje del campo amamos a los buitres porque son los encargados de limpiar el campo de los restos de los animales muertos y de las sobras de los banquetes de los carnívoros, esta vez podemos decir que el quebrantahuesos se merece la medalla de oro porque es el que viene a por las sobras de los comedores de sobras. Con una puntería que ya quisiera para sí el mejor de los bombarderos actuales, el quebrantahuesos dejará caer cada hueso que recoja para que la gravedad haga el resto del trabajo y así poder acceder al interior del hueso. Después de 2 días seguidos de sesión con unos cuantos grados bajo cero, durmiendo en el hide y con algunas imágenes de estas espectaculares aves en nuestra retina y otras cuantas en las tarjetas de la cámara, uno de nuestros amigos despega una vez más transportando un hueso para hacerlo pedazos en algún rompedero cercano.


domingo, 19 de mayo de 2013

134. escalera


Una culebra de escalera subadulta se desplaza lentamente por un pequeño talud de la campiña cordobesa a última hora de la tarde, quizá con la intención de depredar algún nido de abejaruco. Yo creo que la imagen en sí misma nos deja claro el origen del nombre de esta especie, que sin embargo solo muestra el dibujo en forma de escalera durante la etapa media de su vida. Cuando son jóvenes, las culebras de escalera poseen una librea a base de líneas transversales de color negro, a las que poco a poco se le van añadiendo un par de líneas oscuras a los lados a medida que la serpiente va creciendo, formando el típico dibujo en forma de escalera que da nombre a esta necesaria especie. Cuando alcanzan la fase de adultas, van desapareciendo progresivamente los "peldaños" de la escalera y aumentando el contraste de los "pasamanos", a los que acompañan otras dos líneas longitudinales muchísimo más tenues en algunos ejemplares. Resulta curioso que a esta especie se la encuentra frecuentemente con algunas cicatrices a lo largo del cuerpo y a muchos ejemplares les falta la punta de la cola, también con alguna cicatriz. La culebra de escalera es también el ofidio diurno que más suele campear durante la noche, sobre todo en los días más cálidos de finales de primavera y de verano.

domingo, 12 de mayo de 2013

133. amor en el olivar


Una pareja de lagartijas andaluzas pone en marcha el que es precisamente el método más eficaz que existe en el mundo para evitar la extinción de su propia especie. Estos pequeños reptiles, pertenecientes a la familia de los lacértidos, sufren la depredación de unos cuantos componentes de la cadena trófica que están por encima de ellos en la compleja jerarquía de la pirámide ecológica y por eso se ven en la necesidad de traer al mundo el mayor número posible de descendientes. Las lagartijas que sobrevivan a la acción depredadora de los ofidios, las rapaces, los demás depredadores y de nosotros mismos serán las encargadas de cobrar la renta a los insectos voladores que tanto por cu... estooo... que tanto nos van a molestar este verano que ya tenemos casi encima.

martes, 7 de mayo de 2013

132. el acorazado del río


En la orilla de un pequeño arroyo que todavía se muestra generoso gracias a las importantes lluvias que hemos tenido este año, un galápago leproso al que por cierto le falta una uña (y no precisamente por la lepra) hace gala de su porte mientras decide que no quiere estar tan cerca de un fotógrafo. Pocos seres han conseguido atraer tanto la atención de los niños como las tortugas, unos animales que tradicionalmente han sido y son casi las estrellas indiscutibles en muchísimos de los patios de las casas de nuestras latitudes. La captura de estos quelonios para su mantenimiento en cautividad es precisamente una de las muchas causas de su declive como especie, junto a la alteración de su hábitat y la competencia que desde hace unos años le ofrecen otras especies alóctonas de tortugas introducidas accidentalmente por el ser humano. El deteriorado aspecto que le otorga el frecuente crecimiento de unas algas en su plastrón que a menudo le provocan el desprendimiento de sus placas córneas da el apellido a una especie que queda muy lejos de desarrollar esta conocida enfermedad.