martes, 23 de abril de 2013

129. el sereno liliputiense


Con el hábito que le da nombre, y con la tranquilidad que le caracteriza, una culebra de cogulla se prepara para iniciar su actividad a última hora de la tarde. De costumbres principalmente nocturnas, esta especie de serpiente suele salir de su cubil cuando el sol todavía no se ha ocultado, después de haber permanecido todo el día debajo de una piedra pequeña regulando la temperatura de su cuerpo mediante un procedimiento que los científicos conocen con el nombre de tigmotermia. Cuando se siente amenazada, la culebra de cogulla se enrosca y oculta la cabeza entre sus anillos o muestra el diseño de la parte superior de su cuello con el objeto de intimidar a sus posibles enemigos. Aunque es venenosa, el pequeño tamaño de su cabeza y la poca flexibilidad de su cuello a la hora de morder, junto a la ubicación de sus pequeñísimos colmillos opistoglifos, impiden que esta pequeña culebra pueda convertirse en un peligro para la especie humana.

3 comentarios:

  1. Preciosa Manuel, dio cancha la culebra del amigo Manuel Molina -imagino que es esa-. No es por darte coba, se pasa bien contigo.
    Un abrazo

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  2. Muchas gracias Juan, pero la culebra en cuestión la encontré calculo yo que hace un par de semanas en el término de Espejo, no obstante si me hablas de una igual me alegra que últimamente se esté dando tanto esta especie por tantos sitios, puesto que no es precisamente la serpiente más abundante y me están llegando bastantes referencias de otros hallazgos. Muchas gracias y un saludo.

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  3. Buen texto y bonita serpiente. Yo la vi una vez en el Arroyo Pedroches, hace 3 ó 4 años.

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